En este día que celebramos con gratitud los 64 años de la aprobación pontificia de nuestra Congregación, hace la ofrenda final de su vida nuestra querida madre Rocío Molina Ormaza, quien con sus dones particulares fue un pilar fundamental en nuestras vidas y obras.
Gracias madre Rocío por ser testimonio de gran amor a la Congregación, por su testimonio de vida oblata radical, nos acogemos a su intercesión para alcanzar las gracias que necesita la Congregación.